Santo Domingo.- Los familiares de la periodista Helen Cesarina Pujols Suriel, asesinada de un balazo en la frente en una habitación de su residencia, demandaron del jefe de la Policía Nacional, Rafael Guillermo Guzmán y del Ministro de Interior y Policía, Franklin Almeyda Rancier la suspensión del capitán de esa institución Fausto Encarnación Domínguez, a quien señalaron como cómplice en el crimen.

La periodista Providencia Rossi, tía de la joven malograda, y los demás familiares se quejaron de que el oficial de la Policía se mantiene prestando servicio asignado al Cuerpo Élite de Dignatarios a pesar de ser el responsable del arma de fuero con la cual se le dio muerte a Pujols Suriel.

“Nosostros demandamos del jefe de la Policía Nacional y del Ministro de Interior que tienen que suspender a ese capitán y ponerlo a disposición de la justicia para que sea condenado junto a su hermano Junior Domínguez, actor material del asesinato”, expresaron.

Explicaron que Helen había laborado como periodista en el departamento de prensa de Interior y Policía, y a pesar de eso, ni Almeyda Rancier ni Guzmán Fermín, han ordenado suspender al capitán Encarnación Domínguez, responsable del arma con la cual su hermano le habría quitado la vida a la joven de 28 años, quien era madre de dos niños.

Los familiares de Pujols Suriel acusan directamente de la muerte al también raso de la Policía Junior Domínguez, y a su hermano de haebrle entregado su arma de reglamento para troncharle la vida a la periodista.

El raso policial Junior Domínguez guarda prisión en la cárcel La Victoria.

La familia de Pujols pidió también a los jueces y a los fiscales de la provincia Santo Domingo que impongan todo el peso de la ley a los dos hermanos.

El hecho ocurrió el primero de enero del año 2009, día, en sector de Los Tres Brazos de Los Mina, del municipio Santo Domingo Este.

Helen era estudiante de comunicación social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y el día de su muerte no sólo estaba celebrando el Año Nuevo, sino también que estaba a punto de celebrar su investidura.

Dejó en la orfandad a dos niños de 10 y 4, años de edad. Todavía no se ha logrado una condena, a pesar de que el raso se le impuso un año de prisión preventiva.