Familia tiene un puente como techo desde hace quince días
12:50Duerme en la incomodidad de una mecedora plástica bajo una brisa fresca maloliente. Como un guardián bajo la noche se mantiene vigilante de las pocas tablas carcomidas que reposan en medio de un lodo rojizo. Es lo poco que queda de lo que fue por más de 15 años el hogar de Denia Rodríguez.
La madre de dos niños, quien lleva en la intemperie más de 15 días, cuenta que quienes destruyeron su vivienda se identificaron como autoridades del Ministerio de Obras Públicas antes de convertir su vivienda en desperdicios.
Era una casita modesta ubicada debajo del puente de la 17 y en la ribera del Ozama, antigua casa número 5, pero el único refugio y herencia que le dejó su fallecido esposo. Denia está soltera, con dos niños y ahora sin trabajo, ya que anteriormente lavaba y planchaba en casa de familias, pero su condición de paciente depresiva y sus problemas de nerviosismo, la han llevado a sobrevivir de la caridad de sus vecinos.
Reside en Gualey, un barrio superpoblado donde las casas están casi montadas una sobre la otra, pero que solo una fue “atacada”, acción que Rodríguez considera “caprichosa”, ya que no le prometen reubicación y la amenazaron con tumbar su vivienda nuevamente si la reconstruye.
Los detalles
Relató que eran las 8 y media de la mañana cuando un grupo de personas, algunos miembros de la Policía, le entraron a martillazos a su casa hasta hacerla añicos, de la que sólo quedó intacto el piso. Sus vástagos de 10 y 7 años aún estaban durmiendo, pero eso no evitó la acción. “Tuvimos que salir desechando clavos y cubriéndonos el rostro”, explicó. Paradójicamente, la causa de su actual desdicha ahora le sirve de techo: “el puente de la 17”, donde la lluvia no logra mojarla ni el sol quema su piel. “Nunca había visto algo tan enorme como lo que me ha pasado”, expresó Denia Rodríquez a LISTÍN DIARIO. La humilde mujer dejó caer las lágrimas que quemaban su pecho, en tanto no se resignaba a su desgracia, pues levantaba su mano y clamaba a Dios: “No me desampare”, con la fe de que alguna ayuda llegará de manos generosas.
A DENIA LE ROBARON TAMBIÉN SUS AJUARES
“Una siesta es casi imposible, pero debo permanece aquí día y noche cuidando el terreno”, indicó, mientras sus vecinos curioseaban y exclamaban “Es un abuso... Déjennos vivir”.
La mujer de 38 años recordó que una comisión pasaba desde hace varios meses por la cercanía de su vivienda. Hacían algunas mediciones y observaba el puente. “En una ocasión una persona se me acercó y me dijo que mi casa era la primera que se iba, pero nunca imaginé que me iban a dejar en la calle”, expresó con nostalgia.
Cucharas, platos, estufa, lavadora y hasta las sábanas fueron robadas luego del desalojo. “Estoy desbaratada”, se lamenta Rodríguez, al momento de explicar que le robaron todo. Debido a un desmayo que sufrió cuando le destruían su hogar se la llevaron del lugar y cuando regresó en horas de la tarde ya le habían sustraído los ajuares de la casa.
Clamó por ayuda, ya que es una persona enferma y considera el hecho como una injusticia. Su número de teléfono es 829-632-5086.
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