El incendio, que inició el martes pasado, ha destruido casas, automóviles, instalaciones eléctricas y forzó la evacuación de miles de residentes, de los cuales sólo un mínimo porcentaje le fue permitido regresar a sus hogares.

Se trata del más grande de entre una decena de incendios que se combate en California, entre ellos el Clayton, cerca de Clear Lake, que a pesar de que ya fue contenido en 65 por ciento, destruyó 175 estructuras y quemó más de mil 500 hectáreas.

El incendio Chimney, en el condado de San Luis Obispo, destruyó más de cuatro mil 800 hectáreas, 45 estructuras y ha sido contenido en 33 por ciento.

La víspera, inició otro más, el incendio Rey, en el condado de Santa Bárbara, en el Bosque Nacional Los Padres, donde ya quemó 242 hectáreas y ha sido controlado en 20 por ciento.

El incendio ‘Blue Cut’ ha destruido una enorme extensión en el Cajon Pass, a unos 100 kilómetros al noreste de Los Ángeles.

Los más de mil 600 bomberos se enfocan en atacar las llamas en el área de Lone Pine Canyon Road, con el propósito de evitar que miles de residencias se pongan en peligro.

Las evacuaciones obligatorias fueron levantadas en varias comunidades, entre ellas Hesperias y East Oak Hills y West Oak Hills, y la autopista 15, que va a Las Vegas y San Diego, fue reabierta a la circulación.