Caníbal revela cómo comió a su compañero

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ROUEN, Francia - Un preso juzgado por canibalismo en Francia, apodado el "Hannibal Lecter" francés, afirmó el miércoles en el tribunal que una pulsión sexual lo llevó a matar a su compañero de celda y la "curiosidad" sobre el gusto de la carne humana a cocinar un trozo de pulmón.

Un momento de enojo

El acusado, Nicolas Cocaign, cuyo caso despertó comparaciones con el caníbal Hannibal Lecter, personaje de ficción, relató el drama que se produjo el 2 de enero de 2007 en la prisión de Rouen, oeste de Francia, y acabó con la vida de Thierry Baudry, de 31 años, encarcelado por agresión sexual.

Baudry había ido a los sanitarios, ubicados en un rincón de la celda de 11m2 que compartía con otros dos detenidos, y a su regreso fue atacado por Cocaign.

"Le dije: 've a lavarte las manos'. Lo hizo. En ese momento me miró de reojo, de mala manera", relató Cocaign en el Tribunal de Rouen.

Le subió la adrenalina

El acusado, de 35 años en el momento de los hechos, dijo entonces que no pudo controlarse y que se subió a la cama de la víctima.

"Tuve una pulsión sexual, una subida de adrenalina", dijo Cocaign.

"Le quite la ropa. Los golpes iban y venían, con los pies, los puños", dijo el acusado.

Luego Cocaign le dio "una decena de golpes en la espalda, el cuello y el tórax" con una tijera y con una bolsa para la basura lo ahogó "durante cinco minutos" para asegurarse de que estaba bien muerto.

Quiso comerle el corazón

Tras el crimen decidió entonces preparar su cena. Fue en ese momento que, según él, tuvo la idea de comer el corazón de su víctima.

"Agarré una hoja de afeitar y le abrí el pecho. Metí mi mano y le tomé lo que creí era el corazón, pero que era en realidad un trozo de pulmón que puse en un recipiente", dijo.

Nicolas Cocaign se comió una parte cruda y cocinó el resto en una sartén con cebollas. "Lo hice por curiosidad, para comer carne humana", explicó.

El tercer compañero de celda, testigo del crimen, enjuiciado por complicidad pero finalmente absuelto, se suicidó en prisión.

No tiene remordimientos

La corte escuchó, entre otros, el testimonio del psicólogo Lucien Venon, que analizó al acusado. Relató lo que le dijo Cocaing, sin remordimientos, en junio de 2007.

"Lo que es terrible, es que es rica. Sabe a ciervo. Es tierna. Lo que hice me gustó hacerlo", declaró Cocaing al psicólogo, según dijo Venon a la Corte.

Los expertos fueron citados para intentar establecer la responsabilidad penal del acusado y su salud mental. El jurado deberá anunciar su veredicto este jueves, tras el alegato final de la fiscalía y de la defensa.

El crimen que cometió Cocaign, que cumplía entonces una condena por robo a mano armada y que esperaba un juicio por intento de violación, pone la lupa en el sistema penitenciario francés, su mal funcionamiento y su sobrepoblación.

Larga lista de problemas

Cocaign dijo el lunes a la corte que tenía un largo historial de problemas mentales y que el crimen podría haberse evitado si las autoridades de la prisión no hubiesen ignorado su repetidos pedidos de ayuda psicológica.

Durante los primeros días del juicio, la justicia examinó los disfuncionamientos de la prisión de Rouen, en donde, según un informe, había "soprepoblación crónica". El cuerpo de Tierry Baudry recién fue descubierto por los guardias de la prisión al día siguiente de su asesinato.

Con una de las tasas de suicidios más elevadas de Europa, las prisiones francesas son regularmente criticadas por la Corte Europea de Derechos Humanos por no proveer las necesidades básicas.

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