Violencia del narcotráfico llena de crímenes el oeste y norte de México
2:36MÉXICO - La violencia atribuida al narcotráfico ha provocado más de un centenar de asesinatos en una semana en el oeste y el norte de México, incluyendo tres masacres, la última de ellas la de 15 personas mientras trabajan en un lavadero de autos.
La mayoría de las muertes de la última semana ocurrieron en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, y en Acapulco, el puerto sobre el Pacífico, demarcando una ruta muy usada por los carteles para recibir cocaína de Sudamérica y llevarla hacia el mercado estadounidense.
Este miércoles un grupo de hombres armados ingresó a un negocio de lavado de autos en Tepic, capital del estado de Nayarit (oeste), y asesinó a 15 personas, en su mayoría internos de un centro de desintoxicación.
Se trata de la tercera masacre con más de una decena de víctimas ocurrida en menos de una semana en México y la segunda cuyas víctimas eran principalmente adictos en recuperación.
En Ciudad Juárez, el viernes fueron asesinados 14 asistentes a una fiesta y en Tijuana, también una ciudad fronteriza, 13 internos fueron acribillados el domingo en un centro para atención de drogadictos.
En Tijuana la acción pudo estar relacionada con el decomiso de 134 toneladas de marihuana la semana pasada, que según autoridades pertenecía al cartel de Sinaloa, de Joaquín 'El Chapo' Guzmán, por quien los gobiernos de México y Estados Unidos ofrecen millonarias recompensas.
Masacres se multiplican
En Ciudad Juárez, en tanto, los indicios apuntan a una acción de pandillas asociadas al cartel de Juárez, que disputa la plaza con 'El Chapo'. En ninguno de los dos casos hay pruebas de que las víctimas tuvieran relación directa con grupos criminales, según las fiscalías estatales.
En tanto en Acapulco, han aparecido 28 cadáveres en una serie de matanzas que las autoridades estiman son disputas entre la organización de 'El Chapo' y rivales del cartel de los hermanos Beltrán Leyva.
La multiplicación de masacres este año, incluida la de 72 migrantes de Centro y Sudamérica en agosto cuando iban hacia Estados Unidos, podría mostrar una nueva tendencia de la violencia atribuida a los carteles y a la lucha antidroga, que deja más de 28.000 víctimas desde diciembre de 2006 en México.
José María Ramos, director de estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte, en Tijuana, cree que paulatinamente la violencia ya no afecta sólo a los miembros de grupos criminales sino que se ha ido extendiendo a los habitantes de barrios populares, convertidos en territorio en disputa.
Hay un "cambio en la situación en materia de inseguridad que afecta a los estratos más populares. Hasta ahora la mayoría de los asesinatos eran de personas relacionadas con las grandes organizaciones criminales", señaló.
Con estas acciones los carteles "tratan de dar a entender a los demás grupos la capacidad delictiva que poseen", explicó Ramos.
Organizaciones de derechos humanos han expresado además este mes su preocupación por el aumento de víctimas aparentemente ajenas al narcotráfico, como transeúntes que caen en el fuego cruzado y familias víctimas de disparos de militares en las carreteras.
Tanto Amnistía Internacional como Human Rights Watch han pedido también al gobierno extremar los controles para garantizar que la fuerza pública no cometa violaciones a los derechos humanos en la lucha antidrogas.
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