Terremoto y epidemia de cólera sembraron de muerte a Haití en 2010
1:40El incierto proceso electoral que vive Haití cierra un año de auténtica pesadilla en este país, castigado, entre otros males, por un devastador terremoto que mató a 300.000 personas y una epidemia de cólera que ha causado más de 2.500 víctimas mortales.
Ha sido un año muy duro para la nación caribeña, que en enero vio morir en segundos a miles de personas bajo los escombros a causa de un terremoto, y que también sufrió las sobrecogedoras consecuencias del mortal cólera.
Éstas catástrofes dejaron en segundo plano otras tragedias, como el paso del huracán Tomás, que ocasionó más de veinte muertos.
El panorama se complicó aún más con la incertidumbre de las elecciones presidenciales y legislativas del pasado 28 de noviembre, denunciadas como fraudulentas y cuyos resultados, que desataron violentos incidentes, están pendientes de revisión antes de dar paso en 2011 a la segunda vuelta.
Los haitianos no olvidarán fácilmente la fecha del 12 de enero, ni una hora, las 16:53 hora local, cuando un terremoto de 7 grados en la escala de Richter abrió una gran crisis humanitaria, con 300.000 heridos y 1,5 millones de damnificados.
La primera respuesta a la emergencia dio paso a las discusiones entre autoridades, organizaciones humanitarias y comunidad internacional que, al tiempo que gestionaban la distribución de la ayuda, debatían sobre la reconstrucción del país.
Así, la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH) se puso en marcha bajo el mando conjunto del enviado especial de la ONU, el ex presidente estadounidense Bill Clinton, y del primer ministro, Jean Max Bellerive.
Casi un año después de la tragedia, la mayoría de los desplazados siguen viviendo en penosas condiciones en los precarios campamentos que se improvisaron tras el seísmo.
Mientras, menos del 20 por ciento de la ayuda internacional proyectada para este año había sido desembolsada en septiembre.
Pese a la magnitud de la catástrofe, la aparición de enfermedades que, por desgracia, sigue en muchos casos a este tipo de tragedias, no se produjo en los primeros meses tras el temblor y por eso, la llegada de la epidemia de cólera ocho meses después del seísmo cogió por sorpresa a Haití.
La epidemia de cólera, cuyos primeros casos fueron detectados el 19 de octubre, ha causado la muerte de más de 2.500 personas y ha afectado a más de 100.000, y se espera que en menos de seis meses se contabilicen 400.000 casos.
De nuevo, Haití se vio inmersa en un proceso de recepción urgente de ayuda, en especial de sales de hidratación para salvar a los enfermos y tabletas y cloro para purificar el agua, elementos esenciales para hacer frente a una enfermedad que se contrae por el consumo de agua o alimentos contaminados y que causa la muerte en cuestión de horas si el paciente no es atendido con prontitud.
La epidemia, además, desató protestas contra la misión de estabilización de la ONU presente en el país desde 2004, ya que varios informes apuntaron a las fuerzas nepalíes asentadas cerca de Mirebalais (centro) como propagadores de la bacteria.
La ONU considera que faltan "pruebas concluyentes" para afirmar que la epidemia entró en el país a través de los cascos azules nepalíes y ha anunciado que nombrará un grupo de expertos científicos para investigar el origen de la epidemia de cólera .
El complicado 2010 llega a su fin en Haití en medio de otra crisis, en este caso electoral, derivada de las acusaciones de fraude e irregularidades denunciadas por la oposición en las elecciones presidenciales y legislativas del 28 de noviembre.
La comunidad internacional, los candidatos de la oposición y los observadores nacionales e internacionales reclaman a las autoridades la revisión de los resultados de la primera vuelta, que situaron como vencedora a la ex primera dama Mirlande Manigat, con el 31,37 por ciento de los votos, seguida del oficialista Jude Celestin, con el 22,48 por ciento.
El anuncio de los resultados, que, de confirmarse, dejarían fuera de la segunda vuelta al candidato y cantante Michel Martelly, tercer clasificado con el 21,84 % de los sufragios, desató disturbios en los que murieron cuatro personas y hubo un número no precisado de heridos.
Las autoridades deben decidir ahora el rumbo que dan al proceso de las elecciones, de las que debe salir el gobierno que gestionará buena parte de los fondos destinados a la reconstrucción del país.
0 comentarios